viernes, 10 de septiembre de 2010

domingo, 5 de septiembre de 2010

¿Qué es lo que nos motiva?



Strategic intuition

Un buen resumen del libro de William Duggan, "Strategic Intuition"

Igual no puedo evitar pensar que TED debería ser un espación de difusión de ideas propias, no ajenas ... o por lo menos si son ajenas hacer mención a la fuente

martes, 10 de agosto de 2010

Siddharta

Les dejo algunas frases del libro Siddharta de Herman Hesse:

No me pertenece juzgar la vida de los demás. Solo la mía, yo solo he de elegir, yo solo he de rehusar.

Quería vencer y librarme del Yo. Pero no podía vencerlo, sino engañarlo, no podía huir de él, sino solamente ocultarme ante él. ¡En verdad que nada ha ocupado tanto mi pensamiento como este mi Yo, este enigma de mi vivir, de que yo sea uno, separado y diferenciado de todos los demás, de que sea Siddharta! ¡Y de ninguna cosa en el mundo sé menos que de mi mismo, de Siddharta!

Pero ahora sus ojos liberados se detenían de esta parte de acá, veía y conocía lo visible, buscaba una patria en este mundo, no buscaba el ser, no apuntaba a ningún más allá.

No, tampoco este mundo del pensamiento estaba de este lado ni conducía a ninguna parte si se mataba el Yo accidental del pensamiento y del saber. Tanto los pensamientos como los sentidos eran cosas hermosas; tras ellas estaba oculto el último significado; importaba escuchar a las dos, jugar con las dos, ni despreciarlas a ambas ni sobreestimarlas: escuchar las voces secretas de su interior.

De cuando en cuando sentía en el fondo del pecho una voz apagada, mortecina, que amonestaba quedamente, que se quejaba débilmente, tanto que apenas la entendía. Después se daba cuenta por un momento de que llevaba una vida extraña, que hacía cosas pomposas, que no eran más que un juego, que estaba demasiado alegre y a veces sentía paz, pero que la propia vida se deslizaba sin embargo a su lado y no le rozaba. Y a veces se sobrecogía ante estos pensamientos y deseaba que le fuera concedido a él también el poder compartir la infantil actividad del día con pasión y con el corazón, vivir de verdad, trabajar de verdad, gozar y vivir de verdad, en lugar de estar allí sólo como un simple espectador.

La mayoría de los hombres, Kamala, son como hojas que caen del árbol, revolotean en el aire, vacilan y caen al suelo. Pero otros, unos pocos, son como estrellas que recorren un camino fijo, no les alcanza el viento y llevan en sí su propia ley y su propio rumbo.

Sólo se daba cuenta de que aquella clara y segura voz de su interior, que antes estaba despierta en él y siempre le había guiado en sus tiempos esplendorosos, ahora estaba muda

¡Cuánto tiempo hacía que no oía esta voz, cuánto tiempo que no alcanzaba una cima, qué llano y yermo su camino, cuán largos años sin un fin elevado, sin sed, sin exaltación, contentándose con pequeños placeres, y, sin embargo, siempre insatisfecho! Esta comedia se llamaba Sansara, un juego de niños, un juego encantador para ser jugado una vez, dos, diez veces. Pero ¿toda una vida?

¡Así estaba, tan perdido, tan confuso y abandonado de todo conocimiento, que había podido salir en busca de la muerte y había dejado alentar dentro de sí este deseo, este deseo infantil: encontrar la paz anulando su cuerpo!

Siddharta había cambiado, sin embargo, estaba renovado, notablemente despierto, gozoso y lleno de curiosidad

Recuerda, querido: pasajero es el mundo de las formas, pasajero, muy pasajeros, son nuestros vestidos y lo que cubre nuestros cabellos, y hasta nuestros cabellos y cuerpo mismos.

En esto precisamente consistía el encanto operado en él por el sueño y el Om, en que todo lo amaba, en que sentía un alegre amor por todo lo que veía. Y precisamente por esto ahora le parecía que si antes había estado tan enfermo era porque no había podido amar a nada ni a nadie

¡Después de tantos años de insensatez has vuelto a tener un arranque genial, has hecho algo, has oído cantar en tu pecho al pájaro y le has seguido!

Que el placer mundano y la riqueza no son cosa buena, ya lo aprendí de niño. Hace tiempo que lo sabía, pero hasta ahora no lo había comprendido.


 

lunes, 2 de agosto de 2010

El País bajo mi piel

La vida se encargó de enseñarme que no todo compromiso se tiene que pagar con sangre, o requiere el heroísmo de morir en la línea de fuego. Existe un heroísmo de la paz y el equilibrio, un heroísmo accesible y cotidiano que si bien no nos reta a la muerte, nos reta a exprimirle todas las posibilidades a la vida y a vivir no una, sino varias vidas a la vez. Aceptarse como un ser múltiple en el tiempo y el espacio, es parte de la modernidad y de las posibilidades actuales de quienes vivimos una era en que la tecnología puede usufructuarse como liberación en vez de rechazarse como alineación. Las aspiraciones humanas han perdido sus confines geográficos. En contacto con mis amigos, con la vida política de Nicaragua; siento que mi país pequeño se me ha vuelto portátil, cercano en la distancia, que el horizonte sigue siendo ancho y que soy yo quien decide los límites de mi quehacer.

Sigo siendo una ciudadana más del mundo, fervientemente convencida de que nuestro planeta sólo sobrevivirá equilibrando las absurdas desigualdades que lo separan. Vivida mi vida hasta este punto me atrevo a afirmar que no hay nada quijotesco, ni romántico en querer cambiar el mundo. Es posible. Es el oficio al que la humanidad se ha dedicado desde siempre. No concibo mejor vida que una dedicada a la efervescencia, a las ilusiones, a la terquedad que niega la inevitabilidad del caos y la desesperanza. Nuestro mundo, lleno de potencialidades, es y será el producto del esfuerzo que nosotros, sus habitantes, le entreguemos.

El futuro es una construcción que se realiza en el presente, y por eso concibo la responsabilidad con el presente como la única responsabilidad seria con el futuro. Lo importante, me doy cuenta ahora, no es que uno mismo vea todos sus sueños cumplidos; sino seguir, empecinados, soñándolos.


 

Gioconda Belli

Nunca cesaremos de explorar
Y el final de todas nuestras exploraciones
Será llegar al sitio desde donde partimos
Y conocerlo por primera vez


T.S. Elliot

domingo, 1 de agosto de 2010

¿Una sola historia?

Hace tiempo que no escribía en mi blog y este fin de semana volví a conectarme con las ganas de escribir. Cuando me puse a mirar mi archivo me sentí muy bien al caer en la cuenta que escribo desde el 2008. Capaz en algunos casos, no era más que copiar alguna frase o historia o video que me habían llamado la atención. No importa, siempre pensé que lo que vale es el deseo de compartir.

Sin embargo, muchas veces me planteé porque me cuesta tanto escribir mi opinión. Me pregunto si será la dificultad de expresar los pensamientos o emociones en palabras, o la inseguridad de opinar diferente. Vivimos en una nueva época de conectividad donde cada día es más fácil copiar, repetir o compartir … pero ahora reflexióno, ¿de qué sirve si no le agregamos valor?. ¿Por qué seguimos un determinado blog o a una determinada persona en Twitter y no a otras? El valor del aporte individual es cada día más significativo.

Escribir para mi es un gran desafío y para ello me propuse hacerlo con más frecuencia, venciendo miedos de escribir algo inadecuado, o expresando opiniones que pueden molestar a algunos y agradar a otros. Creo que una de las motivaciones que tengo es leer Oblogo todas las semanas, de repente me encuentro con un mundo de escritores de blog anónimos que cuentan historias de la vida cotidiana con tal naturalidad que me siento muy cercano a ellos. Algunos me hacen reir, otros reflexionar, algunos me enojan, otros me parecen un poco fuerte … pero no dejo de sentir que todos ellos me provocan algo. Y eso me entusiasma y me da ganas de escribir a mi también, si tengo tantos pensamientos en la cabeza y ganas de compartirlos porque no bajarlos y crear algo con ellos.

Hoy estaba mirando otro video en TED     que me recomendaron (gracias Pato!) y me cayó la ficha de la importancia de contar historias. Esta mujer Nigeriana, Chimamanda Ngozi Adichie, relata con mucha belleza la importancia de no quedarse con una sola historia. Y entonces una vez más encuentro las ganas de sentarme a escribir, a contar lo que pienso más allá de quien quiera leerlo o no, porque esta nueva era de conectividad nos da esa oportunidad. Podemos elegir a quien escuchar y a quien leer o bien escuchar múltiples versiones de la misma historia para realmente formarnos una opinión más integral. La capacidad de saber buscarlas y saber escucharlas está en uno, y la motivación … hay que saber encontrarla!

Les dejo unas frases que me movilizaron:

"Show people as one thing, only as one thing, over and over again and that is what they become" Muestra a las personas de la misma forma, una y otra vez, y eso es en lo que se convertirán

"Power is the ability, not just to tell the story of another person, but to make it the definitive story" El poder es la habilidad, no solo the contar la historia de una persona, sino también de hacer la historia definitive

"When we reject a single story, when we realice there is no single story about any place, we regain a kind of Paradise" Cuando rechacemos una sola historia, cuando nos demos cuenta que no existe una sola historia sobre ningún lugar, vamos a recuperar un pedazo del paraíso

sábado, 31 de julio de 2010

Innovación en Educación

En esta charla de TED, Charles Leadbeater enumera varios ejemplos de innovación en educación en lugares donde la educación tradicional no existe, o si existe, no sirve. Las necesidades son distintas y eso dispera la generación de ideas innovadoras que desafían los modelos educativos tradicionales actuales heredados desde hace siglos.
Charles plantea un cambio de paradigma cuando dice que la educación ya no es más PUSH sino PULL. Se necesita una nueva y radical forma de pensar y cita varios ejemplos de villas miserias en Brasil, India, China junto con ejemplos de educación en zonas rurales. Explica como la tecnología y nuevos enfoques de aprendizaje ayudan a los chicos a captar mejor el mensaje y no aburrirse antes de tiempo y abandonar sus estudios. Hace falta desarrollar entornos de aprendizaje altamente colaborativos, muy personalizados, donde se aprende de preguntas, problemas, proyectos y no simplemente de teoría.

Charles plantea una matriz donde se ve con mucha claridad la disrupción que estamos viviendo y la necesidad de reinventar los modelos educativos formales a partir de aprender de ejemplos de ámbitos no formales. Estas experiencias están transformando y generando nuevos modelos educativos, nuevas prácticas adaptadas a las necesidades de los países en desarrollo.

"We need a global wabe of social entrepreneurship to create highly motivating, low cost ways to learn at scale in the developing world"

miércoles, 28 de julio de 2010

El efecto mariposa ... ¿será real?

Yo creo en el poder del usuario y el poder de la queja. Mi número de folio es Nº 201258. Metrovías espero una respuesta.

Subiendo en la estación Callao, subte lleno, hora pico, me empujaron más de lo necesario para entrar … me di cuenta y me di vuelta. Dos chicos de 14 años aprox. atrás mío, con cara de buenos, pusieron expresión de “es lo que hay” y me la banqué. No pasó un minuto cuando me di cuenta que mi aparato de música ya no emitía ningún sonido, chequeo el bolsillo y los auriculares estaban solitos disfrutando de una nueva libertad. Si, si … me robaron el aparato de música llamado ipod. Me dio muchísima bronca y me puse a putear, amablemente el chico que tenía atrás mío me ofreció llamar al celular porque pensó que era eso lo que me habían robado. Sin perder mi duda frente a esas caras buenas que a su vez me ofrecían ayuda, mi mente se peleaba entre juzgar a alguien que podía ser responsable o no. Rapidamente, llegó la parada siguiente, y uno de ellos se bajó … extraño, no? Se subió al subte solo por una estación?
Decidí bajarme y seguirlo … mi mente seguía a toda máquina… ¿cómo encararlo? Capaz, con mucha suerte se daba cuenta que lo estaba siguiendo y descartaba el aparatito. Me miró de reojo pero siguió escuchando música de su teléfono celular como si nada. Se subió a la escalera mecánica y lo seguí, estábamos solo nosotros dos y lo encaré:
“Disculpame, capaz no me corresponde, pero me acaban de robar el ipod y vos estabas atrás mío, Por casualidad no viste a alguien que lo tenga?”
Muy ingenuamente me esperaba una respuesta tipo “si claro, aca lo tengo, tomá es tuyo” jajaja … qué tarada y encima sentía una culpa terrible de estar acusando a alguien que capaz no tenía nada que ver, había sido solo una percepción, no tenía prueba de nada. El chico me respondió con su mejor cara de víctima,
“no, yo no vi nada ... si querés revisame”
A lo cual no supe como responder, me proyecté revisando al pibe y me recorrió un escalofrío. ¿Quién era yo para hacerlo? Lo único que atiné a decir fue
“no, está bien, creo en vos”.
Me sentí bien de decir estas palabras.
Todo esto me llevó a reflexionar. ¿Por qué me sentí tan mal de juzgar a alguien? ¿Qué pasaría si me acusaran a mi de algo? Ya sea por mi aspecto o mi vestimenta o simplemente por estar ahi? De repente me encontré frente a una realidad que no sabía como manejar, si realmente esos chicos fueron los responsables el tema me preocupa seriamente porque manejaron una frialdad y profesionalismo desde el principio. Yo creo que la vestimenta y la expresión los hacía pasar completamente desapercibidos, lo cual no era una coincidencia.
Esta situación es una cadena de hechos y circunstancias que cada día se repiten con más frecuencia. Agradezco que no hubo ningún tipo de violencia, pero no dejo de sentir esa sensación de impotencia. No es sólo por la pérdida material, me da bronca la situación en general. Si esto nos pasa día a día, entonces se convierte en un parámetro normal. Todos nos miramos con cara de sospechosos, todos podemos ser víctimas o victimarios.
Todos los días nos subimos a un subte repleto, donde no hay control policial, y si lo hay en muchos casos ignoran la situación. ¿Por qué hay que viajar asi? Acaso metrovías no es una empresa privada que recibe subsidios, ¿por qué no hay policías a la vista? ¿por qué el servicio es tan malo? ¿Por qué perdimos la confianza en la queja y cada día repetimos más la frase Para qué si igual no van a hacer nada?

Tenía que sacarme la bronca y escribí en el libro de quejas. Claro, me pedían hasta el grupo sanguíneo y encima los datos de un testigo. No importa, hice la queja igual y los empleados me atendieron muy bien … ellos también compartían la misma angustia de vivir esa situación todos los días y la misma impotencia. ¿qué loco, no? Todos somos víctimas y victimarios, ¿entonces qué dispara esta cadena de hechos?. Yo creo que es la NO ACCION, el miedo. No haber hecho la queja me hubiese hecho sentir parte de esa cadena, pero a veces una pequeña acción puede generar reacciones inesperadas. Me siento bien de poder contar esta anécdota y saber que va a llegar a más gente de la que imagino. Y vuelvo a repetir, la pérdida material no es más que eso ... pero exijo una respuesta como usuario, cliente y ciudadano.

martes, 22 de junio de 2010

Sale un cafecito?

Estoy leyendo un libro que me está haciendo reflexionar mucho, entre otras cosas sobre la conducta del "Management" desde principios del siglo XX. Y me sorprende caer en la cuenta que estoy pensando y actuando como las viejas escuelas. El ambiente laboral es un gran condicionante para aquellos que se pasan todo el día en una oficina, probablemente rodeados de la misma gente, día tras día.
Habrá quienes dicen que siempre hay cambios, pero digamos que la cultura laboral se mantiene si la empresa es relativamente estable. Es más, se podría decir que justamente eso es lo que se busca en general, una identidad fuerte basada en una cultura arraigada y homogenea. Ahora, qué pasa cuando las personas dentro de esas culturas empiezan a cambiar, y la sociedad también cambia? las culturas laborales cambian con la misma velocidad? Tantos cambios tecnológicos en los últimos veinte años cambiaron las reglas de juego, y los principales participantes todavía no son ni siquiera conscientes.

Qué pasa cuando las necesidades personales de los empleados se dejan en la puerta de la oficina y no tienen derecho a entrar? Cómo responden las personas? Se adaptan

Es increíble la capacidad de adaptación que tenemos como seres humanos, es tanta que a veces nos olvidamos de nuestros propios deseos. Es más, a veces ya ni siquiera sabemos reconocerlos cuando piden salir a gritos. Cada día escucho más casos de panic attack, surmenage o contracturas severas entre gente muy joven con 10 o menos años de experiencia laboral. Qué está pasando? Por qué los jovenes somos tan ciegos y sordos a nuestras propias necesidades? Por qué no escuchamos al cuerpo y dejamos que ciertos síntomas tempranos se transformen en diagnósticos médicos complicados? Seremos igual de ciegos y sordos con nuestra realidad y nuestros deseos?

Hace tiempo que observo el día a día en una oficina, y no importa si hablo de profesionales o no, jóvenes o adultos, empresas chicas, medianas o grandes, locales o multinacionales … siempre hay un factor común “la queja” . Y en este proceso de observación, me di cuenta que justamente es lo que más me desgasta del ambiente laboral. Si no es el sueldo, es tu jefe, sino es la falta de motivación, es la competencia. Parece que es lo que nos une como empleados, y aparte también es la excusa perfecta para un café. Es lindo ser parte de una comunidad, no?

Ahora, me pregunto cuánto tiempo del día nos pasamos quejando, y cuánto desgaste nos produce eso. No soy experta en estos temas, pero cada vez que me engancho con un pensamiento negativo soy consciente que tiene una repercusión en cadena que dura varios minutos, a veces horas … y a veces días. Es como que mi mente está nublada, y no puedo pensar en otras cosas. Cuando tengo cierta claridad, me pregunto qué tipo de conversaciones tengo en mi entorno? realmente elijo tenerlas?

Hasta que tengo esos días donde mi mente es un día soleado sin una nube, y no paro de generar ideas y pensamientos creativos. Es una sensación tan linda, que una cosa me lleva a otra, y siento que mi cabeza va a estallar. A veces tengo que escribirlos para que no se vayan, porque tengo miedo que no vuelvan. Otras, siento que si doy rienda suelta a un YO que no dejo salir seguido, puedo salir de la zona de confort y entrar en muchos cuestionamientos. Me pregunto, cuántas conversaciones interiores tengo? Cuánto tiempo dedico a escucharme?

Todo esto es simplemente una reflexión sobre qué nos espera del futuro, trabajando en una empresa, siendo parte de una organización. Qué se espera de nosotros en estas organizaciones? Qué espero yo de mi misma?

Uno siempre tiene excusas para no romper el statu quo y generar cambios, y sobre todo para no asumir el liderazgo de los mismos. Muchas veces la respuesta es .. Y para qué? Cómo voy a cambiar algo yo solo? Para qué voy a hacer el esfuerzo si después algún otro se lleva la recompensa? A veces son miedos, otras desinterés o desgano, falta de tiempo, muchas ocupaciones, etc, etc, etc … siempre hay algo que nos impide a actuar. Pero mientras tanto nos seguimos juntando en el café, y nos seguimos quejando. Será asi el resto de nuestras carreras profesionales? Será la queja parte de nuestra adaptación? Será que algún día ya ni nos vamos a quejar de tan adaptados que estamos?

Leyendo este libro, no dejo de imaginarme otras realidades donde los empleados tienen un espacio de expresión para dar rienda suelta a su creatividad. Donde las estructuras no tienen la rigidez a la que estamos acostumbrados, y donde la flexibilidad para armar equipos de trabajo es tan natural como nuestras conversaciones de café. Y por qué no seguir soñando con la idea de líderes que surgen espontáneamente y toman la iniciativa de nuevas ideas y posibles proyectos, en lugar de que la palabra “team lead” sea un status asignado. Lo interesante de este libro es que menciona ejemplos concretos de distintos rubros, Whole Foods (alimentos), Google (Tecnología), W.L. Gore (industrial) y varios más de distintos países.

Hasta qué punto el cambio en las organizaciones depende de nosotros o depende de la empresa-organización en si misma?

No os olvideis que una organización no es más que un grupo de personas que se unen con un fin en común, entonces qué estamos esperando?

La respuesta es muy clara, el cambio en las organizaciones depende de nosotros … de cada individuo. Claro, si estamos dispuestos.